Confesionario Digital

lunes, 26 de marzo de 2012

La historia cambió.

Hoy echo la vista atrás y pienso en como lo que creía que era mi mundo se desmoronó prácticamente sin darme cuenta de ello. Tal día como hoy, estaba paseando a mi perra por el lago que hay detrás del chalet, mientras ella olisqueaba por aquí y por allá, yo sólo podía pensar en cómo hacerlo, en cómo decirlo, miraba para el chalet y también pensaba en que habría que cortar el dichoso chopo, que nos jodería el tejado de nuevo el año que viene. Miro al lago, me viene un olor a humedad y vuelvo a pensar en que otro día como ese hace muchos años estaba en el mismo lugar, mirando y pensando en que habría que cortar los rosales, que estaban comiéndose demasiado el muro del vallado. Y cada uno de los años me vuelve a la mente con fuerza. Cada año pensando en que tendríamos, así quedaría más bonito, lo terminaremos del todo y lo disfrutaremos, y así pasaba cada año, haciendo algo más. Total, al final... ¿Para que? Para no volverlo a ver nunca seguramente, para no volver a pasear por ese lago y mirar el chopo desde abajo y darle a la cabeza pensando en por que no se lo habrían cargado sin querer al poco de ser plantado, no lo hubiese lamentado, no señor. Sin embargo, hoy, hoy me siento bien, he colgado el teléfono y a pesar de que algo no me ha gustado nada, no tengo voz ni voto para decir más de lo que ya digo. Cuelgo el teléfono sintiendo que está ahí, cómo lo a estado a lo largo de todos estos años, aún que lejos esté, sigo sintiendo que tengo su apoyo incondicional y eso me hace sentir bien, sentir que sigo siendo una buena persona a pesar de todo, aún que un año atrás mi corazón estaba totalmente negro y vacío, no quiero que regreses, porque aún que te duela, sin ti me siento mucho mejor. Tal día cómo hoy murió mi paciencia, me armé de valor para decirte que ya no podría más, que ya no quería despertar empapada en lágrimas cada mañana, y hoy ya no estoy rota de dolor y rabia, y al mirar tu foto, ya no siento nada. ¿Sabes? hay alguien, hay alguien que me ha echo volver a sonreír por las mañanas, ha devuelto la luz a mi corazón, cambió el color de mi vida, ha echo desaparecer el miedo que me dejaste. Y eso, querido amigo, es lo que hoy, después de un año, me está haciendo ser feliz.


Mitjana