Confesionario Digital

viernes, 12 de octubre de 2012

Después de la tormenta, siempre llega la calma... ¿O no?






En este preciso momento, me da por pensar que esa dichosa frase a veces es totalmente lo contrario... que después de una gran calma, vendrá de nuevo la tormenta... Y sinceramente, NO ME GUSTA. ¿Es que nunca se puede estar tranquilo? ¿Es que siempre va a venir alguien o algo a joder? Es más, ahora mismo hasta dudo de mi estado zen... Si, Alien, ese que daba como un encefalograma plano, ¿recuerdas? pues hoy estaría por las nubes... El caso es que la vuelta al hogar, pues como definirla.... ¿"buena"? ¿"Mala"? No lo sé, quizá ni sea ni buena ni mala, o tenga sus dos partes a la vez... Me alegra ver a la gente que quiera o no, echo de menos, claro que si, pero luego, pasa un día y me encuentro con las "serenatas" mañaneras entre mi madre y la amiga, con el tecleo del ordenador, con que vuelvo a tener dos perros ( Si, me crecen los enanos ) y sin ayuda alguna, me ha vuelto el insomnio, la mala leche y los dolores de cabeza por intentar controlarme y no cometer un crimen de buena mañana... A todo esto, tengo que sumarle que la echo mortalmente de menos, que me falta, que ella es la paz que necesito cada día al llegar cansada a casa, el despertar sin un sólo ruido, a despertar simplemente con el ansia de encontrar sus besos y no cuatro ojos mirándome a ver si abro el ojo para ir a la calle... Y lo peor de todo es que no es tan difícil tener a una persona como yo contenta, si es que no pido mucho! ¡Sólo paz y tranquilidad cuándo cruzo la puerta de mi casa! No... Tengo que ser sincera del todo, quiero unos ladridos avisando de mi llegada incluso antes de entrar en el portal, un beso, un abrazo, una mirada, unas palabras preocupadas por cómo me ha ido el día, unos oídos que me escuchen y me comprendan, un pequeño espacio en una cama, escuchando su respiración mientras cierro los ojos y me llega toda esa paz que hace que el día ya haya valido la pena...

Te quiero, quitapenas ;)