Confesionario Digital

sábado, 22 de diciembre de 2012

Levantarse con las manos ancladas al suelo III

Voy corriendo descalza de un lado a otro de la habitación, el tiempo se me ha pegado a los talones. Sebas debe de estar a punto de llegar y no encuentro los zapatos, quizá estén aquí.


- ¡MIERDA! - la media se me ha enganchado contra el galán de noche, seguramente se había astillado alguna de las veces en que se me había caído al suelo- ¡MIERDA!
- ¿Ya te has hecho una carrera, verdad?
- Si.. - Veo como se asoma por la puerta de la cocina con un trapo en sus manos -
- Eres un desastre, siempre te pasa lo mismo. Menos mal que te conozco y he comprado dos pares más, están en el último cajón de la cómoda.
- Que haría yo sin ti...
- Pues te irías a la presentación con una bonita y... - veo como me mira y sonríe – llamativa carrera.
- Lo sé , soy un pato.
- Lo eres, no lo vamos a negar.
- Gracias... - y veo como se acerca a mi, despacio y deja un dulce beso en mis labios al que sólo puedo responder con una sonrisa tonta antes de que retome el rumbo a la cocina -
- Anda, apúrate, o llegarás tarde.
- Sara – se gira para mirarme – te quiero. - y ella, con gesto de burla, me guiña un ojo -


Cuando consigo desenganchar la media, levanto la mirada hacia la puerta y no hay nadie, los ojos se me empiezan a cristalizar, me he quedado totalmente inmóvil, aún no me he acostumbrado a que no aparezca por la puerta solucionando cada uno de mis problemas, y ahora, no sé que hacer. Mi móvil suena, a mi cabeza viene un nombre: Nora.


- Nora... - le digo con la voz totalmente ahogada por mis ganas de llorar. 
- ¡Ey! ¿Que sucede? 
- Me he hecho una carrera en la media y no tengo otras. 
- No te preocupes, ayer compré unas por si acaso, te las acerco ahora mismo a casa, estate tranquila, ¿vale? 
- Gracias...



Oigo el pitido del teléfono: ha colgado. Sonrío. Aún con los ojos llenos de lágrimas, sonrío. ¡Vaya manía tiene de no decir nunca "hasta luego"!

jueves, 20 de diciembre de 2012

Levantarse con las manos ancladas al suelo II

Me levanto como puedo, debería darme una buena ducha, estoy hecha un asco, pero antes, me tomaré un café a ver si me despejo. Camino dirección a la cocina, paso por el gran ventanal que hay en medio del pasillo, veo el mar. Si, recuerdo que elegí esta casa precisamente por esto, cada mañana pasaría por aquí delante y vería el mar. Mi mar. El sol resplandece como hace días que no lo hacía y veo unos cuántos barcos de recreo que han salido a disfrutarlo. Y una sensación quizá aún más conocida se posa en mi vientre, es fuerte, decidida, cálida... muy cálida. Pero esa sensación sólo dura unos instantes en los que mi mente me ha transportado inconscientemente a otro día cualquiera, en el mismo lugar, a la misma hora. Suspiro.


¡Auch!


- Vaya, Nora tiene razón, ese sofá es matador. Quizá sea hora de cambiarlo.
 

Entro en la cocina y cojo la cafetera, está dura, no hay quién la abra, vale, está bien, me quito de la cabeza la idea de hacerme un café y me voy a la ducha, ya bajaré al bar de enfrente a desayunar.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Levantarse con las manos ancladas al suelo...

Abro los ojos a duras penas, mi móvil suena, ¿Qué hora será?, intento buscarlo entre los pliegues del sofá, ha debido de caerse cuándo me quedé dormida. Encuentro el móvil; Nora.

- Hola.

- ¿Te has vuelto a quedar dormida en el sofá, verdad?

- Si...

- Deberías de relajar un poco con el trabajo y dormir en una cama, ese sofá es matador.

- No puedo, mañana es la presentación y tiene que estar todo perfecto.

- Sabes que está todo perfecto.

- Prefiero asegurarme..

- No puedo contigo... ¿Te veré esta noche?

- Esta noche mejor no, te haré caso e intentaré dormir en mi cama.

- Está bien. Te veo mañana en la presentación, intenta descansar...

- Lo intentaré, gracias.

Oigo el pitido del teléfono; ha colgado. Suspiro.

- Nora...

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sin despertar...

 

De buena mañana: ¡¡¡Albaaa!!! ¡¡Que me tienes que llevar al colegio!! Y yo abro un ojo y pienso... ¿Desde cuándo tengo un hijo?. - Ya voy, enano. Y es que intento sacar el brazo de debajo de las sábanas... pero es que está el tema helado. Me pongo panza para arriba, cierro los ojos y suspiro; que fácil es todo cuándo estoy contigo. Que fácil es quitar el brazo de las sábanas, por muy frío que esté fuera, para simplemente recorrer tu espalda con mi mano mientras estás sentada en la cama vistiéndote. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi tu espalda desde esa posición y mi mano, como si fuese un ser totalmente ajeno al resto de mi cuerpo, actuó libremente para posarse en ella y recorrer esa cruz... esa cruz... y es que es una total perdición. En este mismo instante, sin ni siquiera tenerlo que pensar, tengo la sensación del calor de tu cuerpo en mi mano, sin un atisbo de una superficie que no aporta nada, como si mi mano no hubiese recorrido jamás otra superficie que no fuese con tu temperatura exacta. ¿Como es posible que no pueda recordar otra temperatura de cuerpo que no sea la tuya?. Y es que mi cabeza no lo necesita, le llega con saber la tuya. Este tipo de sensaciones las tengo todos los días, en la más mínima de las cosas cotidianas que hago. Entro en el coche, lo enciendo, quito el freno de mano, pongo la marcha y arranco; y en mi mano vuelvo a sentir tu calidez y es que me falta tu mano sobre la mía en el cambio de marchas. Saco a los perros y hace muchísimo frío estos días, me meto las manos en los bolsillos y vuelvo a sentirla; y es que me falta tu mano dentro del bolsillo de mi cazadora... junto a la mía. Es curioso, como he dicho, ¿cómo puedo no recordar muchísimas cosas? No consigo recordar una mirada que no sea la tuya, por no hablar ya de la primera vez que tu mirada se posó en mi; una temperatura que no sea la tuya, un olor que no sea el tuyo, un gesto que no hubiese sido tuyo, una noche que no hubiese sido tuya, una caricia, un abrazo, un beso, un sueño... eso es... ahí lo tengo... tienes que ser un sueño del que de un momento a otro me tendré que despertar, y es que algo tan bueno no puede ser verdad, no, no puede. ¿Pero sabes que? que me quedaré soñando todo el tiempo que un por ahora me lo permita.

viernes, 12 de octubre de 2012

Después de la tormenta, siempre llega la calma... ¿O no?






En este preciso momento, me da por pensar que esa dichosa frase a veces es totalmente lo contrario... que después de una gran calma, vendrá de nuevo la tormenta... Y sinceramente, NO ME GUSTA. ¿Es que nunca se puede estar tranquilo? ¿Es que siempre va a venir alguien o algo a joder? Es más, ahora mismo hasta dudo de mi estado zen... Si, Alien, ese que daba como un encefalograma plano, ¿recuerdas? pues hoy estaría por las nubes... El caso es que la vuelta al hogar, pues como definirla.... ¿"buena"? ¿"Mala"? No lo sé, quizá ni sea ni buena ni mala, o tenga sus dos partes a la vez... Me alegra ver a la gente que quiera o no, echo de menos, claro que si, pero luego, pasa un día y me encuentro con las "serenatas" mañaneras entre mi madre y la amiga, con el tecleo del ordenador, con que vuelvo a tener dos perros ( Si, me crecen los enanos ) y sin ayuda alguna, me ha vuelto el insomnio, la mala leche y los dolores de cabeza por intentar controlarme y no cometer un crimen de buena mañana... A todo esto, tengo que sumarle que la echo mortalmente de menos, que me falta, que ella es la paz que necesito cada día al llegar cansada a casa, el despertar sin un sólo ruido, a despertar simplemente con el ansia de encontrar sus besos y no cuatro ojos mirándome a ver si abro el ojo para ir a la calle... Y lo peor de todo es que no es tan difícil tener a una persona como yo contenta, si es que no pido mucho! ¡Sólo paz y tranquilidad cuándo cruzo la puerta de mi casa! No... Tengo que ser sincera del todo, quiero unos ladridos avisando de mi llegada incluso antes de entrar en el portal, un beso, un abrazo, una mirada, unas palabras preocupadas por cómo me ha ido el día, unos oídos que me escuchen y me comprendan, un pequeño espacio en una cama, escuchando su respiración mientras cierro los ojos y me llega toda esa paz que hace que el día ya haya valido la pena...

Te quiero, quitapenas ;)

 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Días y días... ¡¡Ains!!





¡¡¡¡¡¿¿¿QUE HE HECHO YO, DIOS MIO, PARA MERECER ESTO???!!!!! ¡¡¿¿QUÉ??!!

( Bueno... dibujo made in yo... representa la pataleta me agarré ayer, día pésimo... No me ha mirado un tuerto, no... ¡¡ME HA MIRADO UN BATALLÓN DE ELLOS!! xD )


martes, 31 de julio de 2012

¿Amores?






Esta canción siempre me hace pensar en la manera de amar que tiene cada persona.

Voy a poner algunos ejemplos que se me vienen a la cabeza ahora mismo... evidentemente, hay más :)

Hay personas que aman apasionadamente, tanto que su estado emocional es tan intenso que la persona se siente presa de un torbellino incontrolable que conlleva a la irresistible atracción por la otra persona.

Hay personas que aman obsesivamente tienden a ser exigentes, con celos incontrolados que terminan en finales no demasiado buenos... digamos trágicos. Suelen ampararse en la persona querida, temen a ser rechazados y no soportan que les dejen de prestar atención. Intentan poseer a quien aman.

Hay personas que aman preparadamente, tienden a buscar las coincidencias en otra persona como la personalidad, los intereses, el nivel social, etc.. lo que buscan es que la otra persona sea "compatible" luego, quizá, ya surgirá el amor.

Hay personas que aman a raíz de una amistad, dos personas con algún tipo de interés común que van estrechando el vinculo hasta que se dan cuenta de que no pueden estar más tontorrones el uno por el otro... suele desencadenar en dos opciones:

1. Sólo uno de los individuos está enamorado de la otra persona.

                  - Pueden seguir la amistad como si no hubiese pasado nada.
                  - Pueden perder la amistad al ser "confesado".

2. Los dos individuos en concreto están enamoradísimos perdidos.

                  - Pueden ser felices para siempre y se comen la perdiz.
                  - Resulta que que nos llevemos bien como amigos, no implica que como pareja también.


Hay personas que aman a primera vista, como bien he puesto... suele aparecer a primera vista y desata una atracción física inmediata, crece con muchísima rapidez y se consume igual de rápido prácticamente, aún que en contadas ocasiones, el inicio es el mismo pero conduce a un amor a más largo plazo.

Hay personas que aman altruistamente, que se entregan a la otra persona desinteresadamente, sin exigirle reciprocidad y depositando toda la confianza. Además, suelen ser personas sacrificadas, pacientes, amables, siempre intentan anteponer la felicidad de la persona que aman a la suya propia. 

¿Y tú? ¿Cómo amas? ;)

martes, 17 de julio de 2012

No ser precavida...




Hace casi nueve meses que sabía que esto llegaría y aún así, no estaba preparada, intenté masticarlo de todas las maneras... pero aún así, se me indigestaba siempre. Sabía cuando todo empezó que esto, que lo nuestro sería diferente a lo anterior que pudiese estar teniendo. Una buena amiga me dijo: "Te vas a pillar..." Y yo le contesté: "Lo sé, y quiero hacerlo" Sabía perfectamente que quería esto, que quería estos nueve meses. Y ahora, estoy triste, si, no puedo negarlo, me falta, me falta mucho. Pero sé que todo va a salir bien, nos ha salido bien por ahora, ¿por que no iba a seguir así?. Yo quiero seguir adelante, aún que sea el batacazo de nuestra vida... pero si no lo intentamos, nunca lo sabremos. Y de paciencia y de tranquilidad, aún que me cueste un mundo a veces... Entiendo bastante.

Inf+1, Gato.

jueves, 24 de mayo de 2012

Me faltas

En noches como hoy, en las que no puedo dormir, a pesar de estar totalmente desnuda en la cama y que la temperatura es insoportable... hecho en falta tú calor. Me falta la temperatura de tu cuerpo, me falta que me busques cuando me alejo un poco. Me falta abrazarte para que te quedes dormida y en cuanto te relajas entre mis brazos, quedarme dormida yo. Me falta la paz que me das al final del día, el sentirme bien cuando cierro los ojos, el decir que he descansado, que he dormido las horas que necesito. Me faltan tus besos de buenas noches y los de buenos días, me falta tu risa por la mañana cuando gruño porque no quiero levantarme, me falta que intentes no hacer ruido por las mañanas cuando tienes que ir a trabajar, aún a sabiendas de que en cuanto salgas de mi perímetro, me despertaré. Me falta el correr a la cama a tu lado cuando voy al baño y por el camino termino como un tempano de hielo. Me falta darte el beso en la espalda antes de quedarte dormida y los de la frente en mitad de la noche cuando me despierto. Me falta el paseo perruno de las noches, en las que al final del camino, siempre me quedo mirando las estrellas y buscando alguna constelación abrazada a ti. Me falta lo feliz que me hace darme la vuelta en la cama y saber que estás a mi lado. En noches como hoy, sin poderlo, ni quererlo evitar, me faltas.

martes, 22 de mayo de 2012

Euromillón

Tiempo... menuda mierda. Veamos... creo que es como untarse las manos de un buen lubricante e intentar abrir una cafetera Italiana... por más que quieras, se te resbalaría de las manos todo el rato, pues para mí, eso pasa con el tiempo, intento agarrarlo para que no se vaya, pero no hay manera con él. El que no me toque el Euromillón tampoco ayuda, ya que no tengo un mayordomo que, si tengo las manos llenas de lubricante, venga a abrirme la puñetera cafetera. En fin, que algún día, me tocará y tendré un mayordomo que me la abra, la ponga al fuego y me prepare el desayuno, mientras yo remoloneo por la cama, esperando a que abras esos ojos y me mires con esa carita tierna cada mañana. Hasta entonces, tendré que irme a trabajar...

Y pensandolo bien... creo que se me ocurren miles de cosas para hacer con nada más ni nada menos que 72 millones de Euros, la de bien que haría yo con tanto dinero...

PD: Creo que pasaré a echar el Euromillón. :)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Con las manos en la masa...

Entro en la cocina, abro la nevera, saco una bandeja de filetes de pollo, pienso que los empanaré, los dejo en la encimera, busco el reproductor para poner música, lo consigo hacer funcionar, sigo con lo que hacía, me agacho a buscar las patatas, no quedan, voy a por ellas al desván, bajo con las patatas, las pongo en la encimera, saco el cuchillo, cojo la pota, la lleno de agua, la pongo al fuego con un chorro de aceite y sal, pelo las patatas, las lavo, las corto y las dejo en un plato para, cuando el agua hierva, echarlas a cocer, miro los filetes, pienso en empanarlos, abro el armario, saco el cubo con pan rallado, voy a la nevera, saco dos huevos y la leche, cojo un plato, casco los huevos, los bato, tiro las cascas, miro la hora, voy bien de tiempo, empiezo a quitar los filetes, los paso por el huevo y luego por el pan rallado, ¡mierda! pienso, se me ha olvidado quitar un plato donde dejarlos ya empanados, cojo un plato, y voy poniendo los filetes, hago lo mismo con cada uno de ellos, miro la hora, debes de estar a punto de llegar, miro la ventana y sigo empanando filetes, vuelvo a mirar la hora y vuelvo a mirar por la ventana, veo pasar tu coche, veo como le das marcha atrás y aparcas, veo que sales del coche con tu ropa de trabajo y pienso en que estoy orgullosa de lo que eres. Me miras y me indicas si te abro la puerta, sonrío, me has pillado con las manos aún manchadas para empanar el último filete, pero te voy a abrir, la niña ladra como siempre, hay alguien en la puerta, si, eres tú. Abro como puedo para no manchar nada y salen dos bichos a recibirte, yo me quedo en segundo plano contemplando tu sonrisa unos segundos, hasta que me dejan acercarme a darte un beso. ¡Hola! Por fin estás en ¿casa?...




miércoles, 25 de abril de 2012

¡Coño! ¡Un gatito negro!

¡Miau!
Yo sabía que los gatos, por naturaleza, eran curiosos, pero nunca me había encontrado con ninguno en vivo y directo. ¿Alguna vez habéis visto a alguno asomar por una puerta entreabierta su cabecita? Yo diría que le cerraría la puerta en las narices... por cotilla, y por eso de que la curiosidad mató al gato, pero a veces, entran tan, tan despacio, que no te das cuenta hasta que los tienes metidos dentro de la cama ronroneando y dices... ¡¡Joder!! ¿¿¡¡De donde demonios ha salido este gato!!?? Pero ya estás perdida, ya lo tienes dentro de la cama. Resulta, que hace un tiempo, conocí a un gato de estos, un gato curioso, que vio la puerta entreabierta y se asomó para ver que es lo que había al otro lado, pero no le bastó con asomarse, así que, para ver un poquito más, metió una patita, luego la otra, estiró un poco el cuerpo, hizo lo mismo con las patas traseras, y con el rabo, que no iba a ser menos, y evidentemente, cuando me dí cuenta, lo tenía en medio de mi mundo, mirándome con una cara de no haber roto un plato en la vida y con una especie de sonrisa triunfadora que me trasmitía una frase, que casi, en vez de buena, era sacada de una peli de terror: ¡Estoy aquíííí!. Si me hubiesen dicho eso sin la fabulosa sonrisa que me propinó directa a mis ojos, hubiese salido corriendo en dirección contraria, gritando que ese gato quería arañarme la cara. Pero no pude, esa sonrisa "profident", con sus dientecitos afilados y perfectamente alineados, me hizo ver, que al igual, podría hacerme amiga de un gato, puesto que no voy a mentir, los gatos jamás me han gustado, pero no sé, este era diferente sin duda. El caso es que desde mi posición, miré al gatito, era negro, con un pelaje reluciente, con unos ojos oscuros pero luminosos a su vez, un cuerpo bien formado, en fin, que era guapo el amigo, así que... ¿Que podía hacer yo cuando ya se había colado en la habitación a curiosear? Pues nada, parar un momento mi mundo y ponerme a examinarlo más a fondo aún de su aspecto exterior. Me encontré con que era mimoso, muy mimoso, extrovertido, afable, y un sin fin de cosas... ¡¡y aún por encima era listo!!, si no... ¿Cómo se había colado tan hábilmente sin percatarme de ello? Creo que nunca lo sabré. El caso es que, poco a poco, lo he dejado acomodar en mi vida y como no, seguir curioseando, mientras acaricio su robusto y terso lomo, mimándolo, atendiéndole, calmándole, dándole paz y confianza, escuchándole todas y cada una de las veces, aún que piense que ando distraida y no le hago caso, enseñándole mi manera de ver el mundo, de vivir la vida. Lo mejor de todo esto, es que, toda acción, tiene una reacción, y lo mismo hace el conmigo... este gato me ha ganado, me ha ganado completamente, ha ganado mi corazón... Así que, cada noche que duerme a mi lado, lo miro y pienso:

¡¡Me gusta este gato!!, ¡¡¿¿me lo puedo quedar "por ahora"??!!.



miércoles, 18 de abril de 2012

Se vende...

Era un ático hermoso, de principios de siglo, con una terraza colmada de azaleas. El tupido manto de flores que pendía sobre la cornisa del piso de abajo como una verbena de colores lo convertía en la admiración de todos los vecinos de la calle. Se comentaba que su dueña era una vieja chiflada que hablaba sólo con sus zaleas.

Lara, que vivía dos portales más abajo, levantaba siempre la cabeza al pasar por aquel lugar. Se sentía fascinada y enamorada de ese ático. En el fondo de su corazón guardaba la remota esperanza de ver colgado algún día un cartel que anunciara su venta.

Tuvieron que pasar cinco años hasta que un día alguien colgó entre las azaleas el cartel de "Se vende" y un número de teléfono. Lara volvía de su trabajo y, como de costumbre, levantó la vista. Se paró en seco, no podía creerlo. La casa de sus sueños estaba en venta. Apuntó el teléfono y voló a su apartamento. Atropellada, se lo contó a Nuria y ésta más racional, trató de tranquilizarla:

- ¿Has pensado que quizá no tengamos dinero para pagarlo? Es probable que la casa por dentro no te guste o que esté en mal estado. No conviene precipitarnos.

Pero Lara, absorta y subyugada por la emoción, ya estaba marcando el teléfono y concertando una cita. La voz de la anciana respondió al otro lado de la linea:

- Vale Larita, muy bien, entonces te esperaré mañana a las cinco.

Lara colgó algo confusa. Esa señora, le había llamado Larita. Así sólo la llamaba su familia más allegada y le había costado treinta años conseguir quitarse el diminutivo. Nuria no le dio importancia, pero Lara se acostó turbada esa noche.

A las cinco en punto llamaron al timbre. Al abrirse la puerta, Lara respiró un olor que le resultaba familiar. Recorrieron un pasillo que desembocó en un comedor. Lara se quedó muda cuando se vio a ella misma, de pequeña, en muchos de los retratos que se acomodaban en el aparador. Nuria la sujetó por los hombros en intentó encontrar alguna explicación lógica. Fue entonces cuando la señora pronunció:

- Larita, soy yo, la abuela.

- Mi abuela murió cuando yo tenía diez años, respondió Lara.

- No, cariño. Tu padre te dijo eso después de una discusión y me prohibió volver a acercarme a ti. Llevo años esperando este momento. Compré este ático cuando te trasladaste al barrio después de tu boda y lo colmé de azaleas porque son tus favoritas. Me alegra ver tu carita cada día cuando te detienes a mirar esta terraza y sabía que el cartel sería un reclamo para ti. Querida, me estoy muriendo y quiero que este ático sea tuyo. Quizá, una vez muerta, tu padre me perdone mi pecado.

- ¿Que pecado?

- El de haberte querido más que si hubieses sido realmente mi nieta. Más que a los que tú has considerado siempre tus verdaderos hermanos. Pero ahora hijita, siéntate y merienda estas migas con chocolate que he preparado especialmente para ti como cuando eras pequeña...

lunes, 26 de marzo de 2012

La historia cambió.

Hoy echo la vista atrás y pienso en como lo que creía que era mi mundo se desmoronó prácticamente sin darme cuenta de ello. Tal día como hoy, estaba paseando a mi perra por el lago que hay detrás del chalet, mientras ella olisqueaba por aquí y por allá, yo sólo podía pensar en cómo hacerlo, en cómo decirlo, miraba para el chalet y también pensaba en que habría que cortar el dichoso chopo, que nos jodería el tejado de nuevo el año que viene. Miro al lago, me viene un olor a humedad y vuelvo a pensar en que otro día como ese hace muchos años estaba en el mismo lugar, mirando y pensando en que habría que cortar los rosales, que estaban comiéndose demasiado el muro del vallado. Y cada uno de los años me vuelve a la mente con fuerza. Cada año pensando en que tendríamos, así quedaría más bonito, lo terminaremos del todo y lo disfrutaremos, y así pasaba cada año, haciendo algo más. Total, al final... ¿Para que? Para no volverlo a ver nunca seguramente, para no volver a pasear por ese lago y mirar el chopo desde abajo y darle a la cabeza pensando en por que no se lo habrían cargado sin querer al poco de ser plantado, no lo hubiese lamentado, no señor. Sin embargo, hoy, hoy me siento bien, he colgado el teléfono y a pesar de que algo no me ha gustado nada, no tengo voz ni voto para decir más de lo que ya digo. Cuelgo el teléfono sintiendo que está ahí, cómo lo a estado a lo largo de todos estos años, aún que lejos esté, sigo sintiendo que tengo su apoyo incondicional y eso me hace sentir bien, sentir que sigo siendo una buena persona a pesar de todo, aún que un año atrás mi corazón estaba totalmente negro y vacío, no quiero que regreses, porque aún que te duela, sin ti me siento mucho mejor. Tal día cómo hoy murió mi paciencia, me armé de valor para decirte que ya no podría más, que ya no quería despertar empapada en lágrimas cada mañana, y hoy ya no estoy rota de dolor y rabia, y al mirar tu foto, ya no siento nada. ¿Sabes? hay alguien, hay alguien que me ha echo volver a sonreír por las mañanas, ha devuelto la luz a mi corazón, cambió el color de mi vida, ha echo desaparecer el miedo que me dejaste. Y eso, querido amigo, es lo que hoy, después de un año, me está haciendo ser feliz.


Mitjana

martes, 28 de febrero de 2012

Y qué Domingo...

Pollo acuático
Y todo empezó con un camino tan conocido desde hace años para mí... ¿Cómo se puede tardar en hacer un camino de 1h en 1h 45m? Añadámosle una "L" a la bandeja del coche... y tendréis dicho resultado... Todo el mundo que ha tenido coche propio ha sentido ese "miedo" a que le pase algo cuando otra persona lo conduce... Y sigo diciendo... Añadámosle una "L" y tenemos el pedazo de nudo en el estomago... ¡Ay pobre de mi niño! Podemos también añadirle un pequeño fallo en el embrague y ya tenemos el pack completo para que el recorrido se convierta en un autentico pánico a que parta el embrague y nos quedemos tirados... Por que se la pegue con algún coche... Y por que cuando cambia de marchas se cree que el volante va con el y pega un pequeño bandazo a mano Izq ( Véase: Hacia donde vienen los coches de cara... ) Pero por el resto... Un viaje más hacia una comida supuestamente tranquila en la que acabas teniendo a 15 niños poniéndote la cara para que los maquilles por que van de pitufos. Resultado: Las manos completamente llenas de pintura azul...

Sin embargo, desde que me levanté por la mañana sólo podía pensar en que esa tarde era mía, que estaría donde quiero estar, tranquila, como me hace tanta falta siempre... Con el pequeño monstruo en potencia, pero bueno... Se le termina pillando mucho cariño al condenado Pollo... Así que después de comer y "pegarme" con los “cierra la boquita y los ojitos fuerte y no los abras hasta que te diga, que te comerás la pintura”, salía en un coche con dos peludos camino de mi destino, en el que llevaba desde que abrí los ojos pensando. Y llegué. Primeras palabras: “que macarrilla estás hecha”. ¡¿Por qué?! ¿¡Por que llevo un coche con defensas, rojo, fundas, alerón pequeñito, la música a tope, la ventanilla bajada y las gafas de sol puestas?! Psé... No hay derecho...

Presentación oficcial: el Pincho ha creído que el Pollo va a ser muy grande para meterse con el, así que le rosmamos un par de veces pero no mucho más por si acaso abre la boca y se le da por cerrarla con él dentro. Y así vamos caminando hacia el río. A mitad de camino para que divisemos el río, el Pollo desaparece.

- Verás... cuando lleguemos estará en el agua ya...

Lo raro hubiese sido que no fuese así... Y, evidentemente, no he fallado. Busco, busco, busco... ¡OH! ¡Una pelota en el río! Ala... Mía... Si es que este perro debería de ser de la brigada canina de desapariciones; encuentra lo que no se puede encontrar. El Pincho detrás del Pollo acuático: bajo, no bajo... ¡AY que me mojo! Mejor no bajo... Con ganas de meterle la patadita en el culo para que vaya de morros... Así que, evitando mis tentaciones de niña cabrona, miro a mi derecha: la miro. Agarro su mano y seguimos nuestro camino. Unos metros más adelante cruzamos un puente de piedra. Por norma general, los puentes se utilizan para cruzar los ríos. En este caso, la versión Pollo es que el río se utiliza para cruzar el puente, pelota en boca incluida...

Seguimos paseando mientras vamos agarradas de la cintura. Qué bien me siento en este momento... Pero todo lo bueno, con el Pollo al lado, parece que pasa mucho más rápido. Zas. ha pasado corriendo pegado a mi pantalón... ¡Toma agua bendita! Nos reímos, pese a mis ganas de meterlo en el río y que no salga más. Seguimos caminando. Después de bastante recorrido, el Pollo ha decidido que es muy cansado llevar la pelota, así que la deja por ahí tirada para que otro la encuentre. Dentro de un rato se aburrirá de nuevo y empezará a sacar palos; eso si no encuentra otra pelota, botella o similares...

Cuando ya hemos dado la vuelta, después de un buen rato de caminata, decidimos volver a cruzar el río y volver por su otra orilla. El sol se irá en nada y empezará a refrescar. Debo puntualizar que adoro a mi chica, pero no me ha traído agua y estoy muerta de sed, así que llevo un rato diciendo que voy a beber del río y me mira un poco mal aún que lo niegue. ¿Me querrá besar después? Espero que sí...

- ¿Nos sentamos un poco antes de seguir?
- Claro. 

Veo como se para y la observo. Empieza a quitar la toalla cuando ya sabe dónde va a ponerla y pienso: “pobre ilusa, con este par de monstruitos no durará ni dos segundos como no acomode el culo ya”. Entonces se lo digo; me da la sensación de que no ha entendido lo que he dicho y me la veo "discutiendo" con Nasha, que está intentando robarle su trozo de toalla. Si es que los conozco. Los conozco... Evidentemente, yo ya tengo mi don culo bien sentado (años de experiencia...). Después de un apasionante "la toalla es mía" ha conseguido sentar su culo y empieza a quitar cosas. Hay que ver como es... No se acuerda de traer ni un poquito de agua (ya le podía dar uso a la cantimplora que siempre me cae en los pies...) y va y se trae ensaimadas y panes de maíz inflado de esos blancos que no saben a nada. Si es que en el fondo es una golosa.

- ¿Quieres?
- No, gracias.
         - ¿Segura?
         - Claro.

Si es que no tengo hambre... Tengo mucha sed. Pero nada... Yo a mi vicio... Me voy a fumar un cigarro, que son horas. Es curioso, cuando está fumo menos. Es buena hasta para mi salud... Evidentemente, mientras come, tiene 4 ojos mirándola. Faltan los otros dos que están mirando los palos del río y no tarda mucho en traerse uno, todo empapado. Se sacude a nuestro lado y nos pone perdidas. Bueno... Un poco más no se nota... El Pincho refunfuña de nuevo. Lógico, yo también lo haría. El pobre, para no haberse metido en el agua, está empapado de las sacudidas del Pollo.

Pasan unos minutillos de nada y el Pincho está sentando mirando las hojas que caen, Nasha se está limpiando las patitas al sol y... Los ladridos son del Pollo. Ya se aburre, ¡qué raro! Así que ni corto ni perezoso se va a mirar qué lleva la niña en la bolsa. La ha puesto perdida. Después del coscorrón en la cabeza se planta enfrente nuestra, sin otro propósito que hacer una trampa mortal. Empieza a cavar. El Pincho está un poco en las nubes y va pasando por detrás de sus patas, así que lo está dejando como cuando echas espuma a un árbol de navidad, pero en versión tierra. Una trampa mortal de 20 de ancho por 40 de largo y 10 de fondo aproximadamente. Y yo pienso: madre, antes de irnos hay que taparla. Primer accidentado en su pedazo de trampa de última generación: El Pincho. Al ir detrás de él para olfatearle el culo, no se ha dado cuenta de que el suelo no estaba y ha metido la patita: un traspié... Eso le pasa por mirar hacia el culo del Pollo y no por donde va.

Bueno... La niña se acomoda sobre mis piernas, de lado, estirada. Le doy un beso en el pelo como tantas otras veces y... ¿¡Otra vez está aburrido?! Vuelve a ladrar.

- ¿Seguimos? Que este ya se aburre.
- Claro...

Le echo al Pollo una mirada asesina por cortarme mi momento y me levanto con la certeza de que en cuanto lo haga alguno se irá a por la toalla. Dicho y hecho: las 4 marcas de las patas del Pollo en cuanto me he levantado y la nueva pelea a lo "quitate, que tengo que guardarla". Sonrío pensando en que Nasha le hará eso muchísimas veces y que al final aprenderá, como con los años lo he echo yo. Consigue guardar las cosas y emprendemos de nuevo el camino, no sin antes verla decir que parece un perro cuando con los pies intenta tapar la trampa mortal que ha creado el Pollo.

Casi llegando a casa, descubre que tiene un perro que es un poco/bastante cobarde. El pobre Pincho no quiere ir por un sitio que no debe conocer. El Pollo y Nasha como si les das piedras por donde caminar... Y llegamos al trozo de su finca. La miro, pienso en cómo teníamos de cuidada la finca de la casa de Culleredo, me parece que es una pena que no lo esté para poderla disfrutar y miro el Kiwi: habrá que podarlo.

Llegamos ya al coche, me pongo a sacar las toallas y a secar a los peludos para poderlos meter e ir a llevarlos. Me meto en el coche... ¡Uff, cómo huele a perro mojado!

- Abre la ventanilla que así airea un poco anda...

Al poco rato miro por el retrovisor y el Pollo ha caído en estado de OFF...

- Esta noche dormirá bien- me comenta.

Pues sí, lo hará. Llegamos, dejo al peludo con el señor del bigote y nos vamos. Quiero una ducha a su lado, por favor... Pero saliendo del pueblo... ¡Mierda, se me ha olvidado dejarles la correa! Vuelta a donde el señor del bigote a dejarle la correa del bicho. Y ahora sí... Quiero una ducha con ella, lo suplico. Llegamos a casa y ¡bien, la madre no está! No nos apetece hacer cena pero hay hambre. Así que después de indagar un poquito, nos decidimos por pedir una tortilla y unas croquetas variadas al Teletorti¡ya!

Bien... Listo... Nos traen la cena en 45 mins; la bañera está preparada... ¡Al agua! Um... ¡Que bien se está con ella entre mis brazos! ¡Ring, ring! ¿Um? ¿¡Quien osa perturbar mi tranquilidad?! Sale corriendo de la bañera. ¡Oh, la madre viene a por pan de Cea exclusivamente para el niño! Si es que no habrá más pan... ¡Y no tendrá llaves, por dios! Se va y vuelve a la bañera conmigo. Ains... Vuelvo a estar tan a gusto... Me está masajeando los pinreles. Ummm... ¡Ring, ring! ¡¡Pero me cago en...!! Y mi gatito vuelve a salir de la bañera a toda prisa: es el repartidor de Teletorti¡ya! ¿¡Por que te dicen 45 mins si van a tardar apenas media hora!? El caso es joder mi paz interior... La tortilla se queda en el lavamanos. Ven, que voy a disfrutar un ratito más de ti... Me da un pasaje con un jabón de bienestar o algo así... Me gusta que me haga masajes... Me encanta.

Salimos del baño con dirección a la habitación a ponernos una película y a cenar. ¡Uff, qué hambre! Nos ponemos una de hace algún tiempo que no habíamos visto ninguna y a disfrutarla a su lado. La película acaba y... ¡Uis, está llorando! ¡Pero qué sentimental me ha salido la niña, y lo que me gusta que sea así de sensible! Si es que me la comería a besos, ¡¡está preciosa!! Bueno... Es tarde, así que a dormir, que mañana será un buen despertar. Uis, Nasha ladra: ha llegado su madre. Va a despedirse. Me quedo en la cama pensando en que con cada despertar a su lado soy un poco más feliz. Y mañana tendría que ser un buen día como cada uno que paso con ella. Vuelve a la habitación.

- Em... Cariño... Tengo una mala noticia... Mañana viene mi hermano a comer.

¿¿¿¡¡¡Pero qué te he echo yo, dios mío, para que me trates así!!!???