Confesionario Digital

jueves, 24 de mayo de 2012

Me faltas

En noches como hoy, en las que no puedo dormir, a pesar de estar totalmente desnuda en la cama y que la temperatura es insoportable... hecho en falta tú calor. Me falta la temperatura de tu cuerpo, me falta que me busques cuando me alejo un poco. Me falta abrazarte para que te quedes dormida y en cuanto te relajas entre mis brazos, quedarme dormida yo. Me falta la paz que me das al final del día, el sentirme bien cuando cierro los ojos, el decir que he descansado, que he dormido las horas que necesito. Me faltan tus besos de buenas noches y los de buenos días, me falta tu risa por la mañana cuando gruño porque no quiero levantarme, me falta que intentes no hacer ruido por las mañanas cuando tienes que ir a trabajar, aún a sabiendas de que en cuanto salgas de mi perímetro, me despertaré. Me falta el correr a la cama a tu lado cuando voy al baño y por el camino termino como un tempano de hielo. Me falta darte el beso en la espalda antes de quedarte dormida y los de la frente en mitad de la noche cuando me despierto. Me falta el paseo perruno de las noches, en las que al final del camino, siempre me quedo mirando las estrellas y buscando alguna constelación abrazada a ti. Me falta lo feliz que me hace darme la vuelta en la cama y saber que estás a mi lado. En noches como hoy, sin poderlo, ni quererlo evitar, me faltas.

martes, 22 de mayo de 2012

Euromillón

Tiempo... menuda mierda. Veamos... creo que es como untarse las manos de un buen lubricante e intentar abrir una cafetera Italiana... por más que quieras, se te resbalaría de las manos todo el rato, pues para mí, eso pasa con el tiempo, intento agarrarlo para que no se vaya, pero no hay manera con él. El que no me toque el Euromillón tampoco ayuda, ya que no tengo un mayordomo que, si tengo las manos llenas de lubricante, venga a abrirme la puñetera cafetera. En fin, que algún día, me tocará y tendré un mayordomo que me la abra, la ponga al fuego y me prepare el desayuno, mientras yo remoloneo por la cama, esperando a que abras esos ojos y me mires con esa carita tierna cada mañana. Hasta entonces, tendré que irme a trabajar...

Y pensandolo bien... creo que se me ocurren miles de cosas para hacer con nada más ni nada menos que 72 millones de Euros, la de bien que haría yo con tanto dinero...

PD: Creo que pasaré a echar el Euromillón. :)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Con las manos en la masa...

Entro en la cocina, abro la nevera, saco una bandeja de filetes de pollo, pienso que los empanaré, los dejo en la encimera, busco el reproductor para poner música, lo consigo hacer funcionar, sigo con lo que hacía, me agacho a buscar las patatas, no quedan, voy a por ellas al desván, bajo con las patatas, las pongo en la encimera, saco el cuchillo, cojo la pota, la lleno de agua, la pongo al fuego con un chorro de aceite y sal, pelo las patatas, las lavo, las corto y las dejo en un plato para, cuando el agua hierva, echarlas a cocer, miro los filetes, pienso en empanarlos, abro el armario, saco el cubo con pan rallado, voy a la nevera, saco dos huevos y la leche, cojo un plato, casco los huevos, los bato, tiro las cascas, miro la hora, voy bien de tiempo, empiezo a quitar los filetes, los paso por el huevo y luego por el pan rallado, ¡mierda! pienso, se me ha olvidado quitar un plato donde dejarlos ya empanados, cojo un plato, y voy poniendo los filetes, hago lo mismo con cada uno de ellos, miro la hora, debes de estar a punto de llegar, miro la ventana y sigo empanando filetes, vuelvo a mirar la hora y vuelvo a mirar por la ventana, veo pasar tu coche, veo como le das marcha atrás y aparcas, veo que sales del coche con tu ropa de trabajo y pienso en que estoy orgullosa de lo que eres. Me miras y me indicas si te abro la puerta, sonrío, me has pillado con las manos aún manchadas para empanar el último filete, pero te voy a abrir, la niña ladra como siempre, hay alguien en la puerta, si, eres tú. Abro como puedo para no manchar nada y salen dos bichos a recibirte, yo me quedo en segundo plano contemplando tu sonrisa unos segundos, hasta que me dejan acercarme a darte un beso. ¡Hola! Por fin estás en ¿casa?...